Todo tenemos placeres culpables. Permítame explicarme estimado lector, esta semana experimente una actividad que disfrute mucho pero de la cual no me siento cien por ciento cómodo con ella. Este placer culpable consistió en tomarme un tiempo para ver los portafolios fotográficos de las otrora aspirantes a Miss Universe 2007. La curiosidad me nació después de haber escuchado numerosos rumores de la belleza extrema de la representante mexicana Rosa Maria Ojeda, la cual tuve oportunidad de constatar en el sitio Web. Ya estando ahí me dispuse a echarle un ojo al resto de las participantes; saque varias conclusiones importantes, primero: la belleza es subjetiva. Mientras algunas chicas me parecían de una beldad excepcional otras me parecían sinceramente poco atractivas. Es imposible no jugar al jurado y seleccionar un grupo de favoritas, y yo se que usted podría pensar que es fácil para mi decir que solo después de la mexicana la japonesa (y ganadora del concurso) era mi favorita, pero así fue. Riyo Mori nacio en Shizuoka Japón, tiene 20 años y su ambición en la vida es abrir una academia de danza clásica en Tokio.
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